sábado, 3 de marzo de 2012

ASÍ COMO LA LLUVIA Y LA NIEVE DESCIENDEN DEL CIELO

MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA

Así como la lluvia y la nieve descienden del cielo
y no vuelven a él sin haber empapado la tierra,
sin haberla fecundado y hecho germinar,
para que dé la semilla al sembrador
y el pan al que come,
así sucede con la palabra que sale de mi boca:
ella no vuelve a mí estéril,
sino que realiza todo lo que yo quiero
y cumple la misión que yo le encomendé.



Del Libro de Isaías

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