La Hermandad de Nuestra Señora del Carmen de la parroquia de San Sebastián ofrece la posibilidad de adquirir hábitos carmelitanos que servirán de mortaja a los hermanos y devotos de la Virgen. Los hábitos están confeccionados en el taller de costura de la Hermandad y pueden adquirirse en la sacristía del templo o llamando al teléfono de la Hermandad: 607-528681.
He tomado de Internet una reseña sobre el escapulario y el hábito carmelitano, que ilustra sobre la piadosa tradición de la intervención de Santa María del Monte Carmelo a favor de la salvación de las almas:
EL SANTO ESCAPULARIO
A los que viven y mueren llevando el Santo Escapulario.
El Santo Escapulario es el gran don que María, omnipotente ante su Hijo Dios, toda corazón para con sus hijos, los hombres, tesorera de todas las gracias, nos trajo del cielo, haciéndonos en el las mas preciosas promesas que pudiéramos desear. Muy bien ha sido llamado el Sacramento de Maria.
“La creencia general del mundo católico, dice el sabio jesuita P. Clarke, la promulgación de la Iglesia docente, la aceptación de la iglesia discente, o sea, los fieles, nada falta de lo que puede probar el origen sobrenatural del Escapulario.”
Su misma nobleza de origen, decía el Papa León XIII, su venerada antigüedad, su extraordinaria propagación, así como los saludables efectos de piedad por él obtenidos, y los insignes milagros obrados por su virtud, lo recomiendan con el mayor encarecimiento”. A él ha vinculado la Virgen dos maravillosas promesas:
Primera:
Es la gran promesa, el privilegio de preservación o exención del infierno para cuantos mueren revestidos con el Escapulario Carmelitano. Orando con fervor a la Virgen San Simón Stock, General de la Orden Carmelitana, se le apareció la Santísima Virgen (15 de julio de 1.251) y entregándole, como prenda de su amor maternal y de ilimitado poder, el Santo Escapulario, prometiéndole que cuantos muriesen revestidos de él no se condenarían. Las palabras de la Virgen fueron: “El que muriere con el Escapulario no padecerá el fuego del infierno”
Segunda:
Estando orando el Papa Juan XXIII, se le apareció la Virgen, vestida del hábito carmelitano, y le prometió sacar del purgatorio el sábado después de la muerte al que muriese con el Escapulario. Maria dijo al Papa: “Yo Madre de Misericordia, libraré del purgatorio y llevare al cielo, el sábado después de la muerte, a cuantos hubiese vestidos con mi Escapulario.”
Tal es el privilegio Sabatino, otorgado por la Reina del Purgatorio, a favor de sus cofrades carmelitas, el Papa Juan XXII promulgó la Bula Sabatina (3 de marzo de 1.322).
El Papa Paulo V expidió el 20 de enero de 1.613 el siguiente decreto:
“Permítase a los Padres Carmelitas predicar que el pueblo cristiano puede piadosamente creer que la Bienaventurada Virgen Maria con sus intercesiones continuas, piadosas sufragio y méritos y especial protección, ayudará después de la muerte, principalmente el sábado, día a Ella dedicado, a las almas de sus cofrades que llevaren el hábito carmelitano.”
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