Viernes de Dolores en la parroquia de San Pedro. Los tonos azules delatan que es de día -un día en que además la luz inundó los templos almerienses- a pesar del tenebrismo que la Hermandad del Santo Sepulcro imprime a esta Veneración del Yacente. Un juego barroco de luces y sombras en el que destaca la quietud del Cuerpo de Cristo.
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